El 16 de agosto de 1987, el fútbol costarricense vivió uno de los momentos más memorables de su historia cuando Liga Deportiva Alajuelense enfrentó a River Plate en la final de vuelta de la Copa Interamericana. Mauricio ‘El Chunche’ Montero, uno de los protagonistas de aquella final, recordó con nostalgia y emoción las dificultades y los desafíos que enfrentó el equipo costarricense en Buenos Aires.
“Todo ha cambiado: nosotros nos fuimos de Costa Rica a Venezuela… Ahí nos quedamos una noche y al día siguiente hicimos transbordo a Buenos Aires. Estaba a seis grados bajo cero, un frío tremendo, no nos dejaron entrenar en el Monumental, ¡no lo prestaron! Siempre el bus llegaba tarde cuando íbamos a entrenar, nos mandaron a una cancha alterna sin zacate… de tierra y lloviendo. ¡Ud imagínese con ese frío y lloviendo! ¡Sea tan ingrato!”, relató Montero, subrayando las dificultades que enfrentaron desde su llegada a Argentina.
Las condiciones adversas no terminaron ahí: “No llegaba el bus a tiempo, donde estaban las canchas. Siempre todo en contra del equipo, no nos dejaron entrenar en el estadio como te digo. Lo conocimos el día que jugábamos”, agregó. La Liga, sin embargo, se mantuvo firme y decidió enfrentar las circunstancias con determinación, a pesar de las tácticas poco hospitalarias del equipo local.
El Chunche también recordó las diferencias en el terreno de juego, que evidenciaban la estrategia del rival: “Como jugaban tan bien por el centro, por ahí dejaron el zacate corto y por los costados con zacate largo.” A pesar de estas desventajas, el equipo costarricense estuvo a la altura del desafío, plantándose con coraje ante el poderoso equipo argentino.
“Era un equipazo la Liga. Estuvimos a la altura allá y acá. Acá nos faltó anotar porque pegamos en el palo varios balones, el portero de ellos contuvo varias jugadas, nosotros siempre bien paraditos, incluso en los primeros minutos Álvaro Solano pegó una en el poste. Le jugamos de tú a tú en el frío o como fuera y creo que hicimos una buena presentación”, recordó con orgullo Montero.
La Liga no solo representó a su equipo, sino a todo un país. “Hubo gente de la Liga en el Monumental ese día. Pagó y fue a apoyarnos. Y uno siente sentimientos en este caso los colores de la Liga que estábamos representando el país con LDA y eso nos emocionó mucho, y nos daba más motivos para darlo todo en cancha”.
Para Montero, este partido marcó un hito personal y profesional: “Mi primer partido fue justo con River Plate, no había jugado con nadie después de San Ramón. El primero oficial fue con ellos, y me tocó al ‘Toro’ Funes. Él fue mi primera marca, ja. Y di un paso muy pero muy importante en que la gente me conociera.”
A 36 años de aquel encuentro, los recuerdos siguen vivos en la memoria de quienes vivieron esa experiencia única, que sigue siendo un símbolo de orgullo para el fútbol costarricense y un testimonio del coraje de Liga Deportiva Alajuelense.