¡Qué noche! Cuando faltó fútbol, hubo empeño, cuando había que sufrir, se supo sufrir. Y cuando hubo que sacar lo que tanto se exige desde la tribuna, el equipo empató en el ocaso del partido cerrando una serie en penales de forma memorable.
Una rivalidad que comenzó a escribirse 100 atrás con mucha intensidad, y que este miércoles se repitió esa gran rivalidad, así como lo sucedido en el final del partido como los últimos partidos: ¡celebración manuda! Desde temprano en el partido, centro y cabezazo de Celso quien, logró reponerse de forcejeos con Faerron, para mandar a guardar el primero de la noche. Luego se vino Herediano que cerró el primer tiempo con un golazo de Gerson Torres. Y a los pocos minutos de iniciada la segunda parte, un penal insólito a favor del visitante que evolucionó a un injusto 1-2. Es que si: fue una acción que evidentemente no le impactó en la mano, sí en el abdomen. Y, volviendo al primer párrafo, cuando había que sufrir, se supo sufrir. Una faceta no menor del juego: no bajar los brazos, no caerse, y pelear todas las jugadas con temple y carácter.
De esa forma, a falta de tres minutos para finalizar, Freddy Góndola enganchó dentro del área, hubo contacto del defensor en el intento de frenarlo y lo que fue una efusiva celebración por la sanción de penal, evolucionó a una serena definición de Joel Campbell, decretando el empate para avanzar a la inminente tanda de penales.
“En un golpe de autoridad importante para nosotros, de confianza, este equipo sabe lo que tiene que hacer y lo está haciendo, es una victoria muy liosa para nosotros. Es un paso más que damos, tenemos que seguir por este camino, falta mucho por recorrer. Fue un partido accidentado para nosotros, a pesar de eso el equipo nunca bajó los brazos, fue al frente, con gran esfuerzo y fútbol, porque no fue que empezamos a tirar la pelota arriba, lo hicimos tratando de llegar y jugando”, expresó Carevic en conferencia de prensa.
Este jueves el equipo tuvo el clásico entrenamiento regenerativo desde las 9:00 am y ya rápidamente cambió de chip, pensando en lo que será otro de los partidos anímica y futbolísticamente más relevantes del semestre: visitar Tibás.