Al pie de su rutina, Alexandre Guimaraes charla con su cuerpo técnico antes de cada entrenamiento, repasando la planificación respectiva en el camerino del CT. Sin embargo, esta vez hace una breve parada por el Departamento de Comunicación de LDA antes de subir a la cancha y tener una breve charla futbolera en esta semana larga para el plantel profesional masculino.
¿Qué te dice el liguista en la calle?
El liguista lo que me dice en la calle es “vamos por la 31”. Pero, al mismo tiempo, lo que uno percibe es que hay una confianza y una credibilidad hacia lo que estamos intentando hacer acá.
¿Qué no le puede faltar a un equipo de Guima?
¡No renunciar nunca! Todos mis equipos, los que han ido bien, lo han logrado cuando los futbolistas no renuncian nunca.
¿Sos muy autoexigente?
Sí, soy muy autocrítico conmigo mismo. Pero ya no me doy latigazos, o sea, sé que hay un punto hasta donde uno llega, y después ya le toca responder a los jugadores.
¿Qué es lo que más disfrutás del día a día?
Estoy disfrutando mucho esta etapa, también es una etapa personal de mucha paz, de haber recorrido para haber alcanzado esa paz, y de seguir haciendo lo que me gusta. He sentido un ambiente de muchísima colaboración hacia lo que queremos hacer, y eso a mí también me hace despertar todos los días con ganas de seguir.
El fútbol es… ¿mecánica de lo trabajado o dinámica de lo impensado?
Conviven ambas, y uno tiene que estar preparado para los imprevistos. Es un juego, y uno intenta, a veces quiere dominar absolutamente todo, y el más mínimo detalle que uno cree que no va a hacer falta, termina siendo crucial. Así que yo controlo lo que puedo controlar y dejo al azar lo que no puedo.
¿Cómo ha sido la experiencia de dirigir a Celso?
Nada ha sido negativo. Lo que más he visto es que termino de entender por qué es un referente del fútbol nacional ya trabajando en el día a día. Obviamente, he seguido toda su carrera, en Noruega, Suecia, España… Sé lo que ha sido su carrera, pero al estar trabajando con él diariamente, entiendo por qué ha logrado lo que ha logrado y por qué es un referente del fútbol de Costa Rica.
¿Cuesta a veces darle continuidad a los jóvenes con la presión de ser campeones nacionales?
El jugador joven, si es bueno, va a jugar. El jugador más grande, si es bueno, va a jugar. El que es bueno juega, independientemente de si está muy joven o no. Lo que sí hay que tener es el cuidado necesario, porque el joven posiblemente va a errar más que el experimentado, pero lo que hay que buscar son buenos jugadores.
¿Qué has hablado con los refuerzos sobre su adaptación al país?
Para mí eso es vital. Primero, que se sientan a gusto, y tengo la sensación, por lo que he conversado, de que todos están muy a gusto en el país, dentro de la organización, con lo que el CAR les ofrece, y con la receptividad que han tenido. Así que son futbolistas que van a ayudar mucho a que la Liga tenga un juego identificable y que, al mismo tiempo, nos ayuden, como ya lo están haciendo, a ser importantes en las acciones que tienen que marcar diferencia.
Ahora que el equipo está en la parte alta del campeonato nacional y de la Copa Centroamericana, ¿cuáles son las claves para sostenerse?
¡No confiarse! Tener la suerte de no tener grandes lesionados y disfrutar el momento que se vive. Si estamos bien, ¡estamos bien! Uno no puede pensar en ocasiones anteriores en que se estaba bien y no se logró el objetivo. Eso es sufrir antes de tiempo y no comulgo con eso.
¿Sos supersticioso?
¿Yo? ¡No, no! Tengo viejas costumbres, ja.
Ser campeón es…
Mi mayor anhelo. Vine para mostrar un trabajo que lo estamos mostrando, pero sé muy bien que la vara de medición va a ser lograr el título nacional, además de los otros objetivos. Vamos dando buenas señales, y si el equipo sigue creciendo, la posibilidad va a estar más cerca.
¿Qué le diría este Guima a aquel que se inició como DT?
Que no se equivocó al incursionar en esta profesión.