En charla con el Departamento de Comunicación de LDA, Jaime Pascual conversó con el Departamento de Comunicación de LDA tras asumir su nuevo rol como Director de Liga Menor:
¿Qué experiencia tenés involucrado en fútbol y formación de jugadores?
Mi experiencia es de mucha estabilidad, y por eso también me atrajo LDA. Estuve en Sant Cugat, una potencia en liga menor en Cataluña, compitiendo de tú a tú con Espanyol, Barcelona, Girona. En Cataluña, el nivel es altísimo debido a la competencia. Allí teníamos más de 53 equipos y más de 800 jugadores, incluyendo femenino y masculino. Yo estuve 20 años en el club, pasando por un proceso: jugador, técnico, coordinador, coordinador de fut7, fut11, y terminé siendo director deportivo del club. Tenemos un convenio con el FC Barcelona con el que trabajamos en muchos aspectos, y muchos jugadores tienen salida a clubes de Primera como Barcelona, Espanyol o Girona. Tuve dos jugadoras muy talentosas en el club que fueron campeonas con España en el Mundial Sub-20 aquí en Costa Rica y otros jugadores que están en varios equipos de segunda o tercera división de Europa. También hemos abierto escuelas en Senegal y en India, creando academias de fútbol, además trabajé en Houston encabezando una escuela de fútbol, siempre compaginado con Sant Cugat. Posteriormente, vine a la Liga donde coincidí con colegas que me dieron la posibilidad de hacer pasantías durante algunas vacaciones, aportando y colaborando al club. Formar parte en un club tan importante como la Liga es un paso adelante en mi vida profesional.
¿Cuáles son las sensaciones de asumir este nuevo rol como Director de Liga Menor?
Son de ilusión por iniciar un proyecto nuevo, pero con muchísima responsabilidad debido a la dimensión del club. Estuve en dos ocasiones anteriores de forma fugaz y ya ahí empecé a colaborar desde Barcelona, empapándome de la cultura del club y de las diferencias con Europa. Sabiendo que es un club referente del país, estoy convencido de que puedo aportar por mi manera de gestionar y fortalecer lo que se viene haciendo. Por eso decidí venir, asumiendo la responsabilidad con mucha ilusión.
¿Qué estructura de liga menor te encontraste?
Me encontré con una estructura que ya conocía en parte, porque varios de los últimos directores de liga menor salimos de la misma escuela, del fútbol catalán, con conocimientos similares en las formas. Así que me gusta mucho cómo está estructurado, respetando la cultura costarricense y aportando nuestro conocimiento y gestión. Veo al club muy estructurado, con una metodología muy definida, y vengo a sumar a esa línea de continuidad que ha dado muy buenos resultados.
Los resultados han sido positivos en los últimos torneos, pero, ¿cómo seguir fortaleciendo nuestras ligas menores?
Siempre se puede mejorar. Tenemos que seguir siendo referentes en el país y seguir trabajando, sumándole un poco más con mi forma de trabajar, pero respetando lo que se viene haciendo. Es importante darle valor a las visorias que se vienen haciendo para captar el mayor talento del país además de seguir formando a los técnicos, estando muy de cerca en el día a día para formarlos y exigirles al máximo en rendimiento y formación.
Por tu experiencia, ¿cuántos jugadores de la academia terminan siendo jugadores consolidados en la Primera División?
En Sant Cugat, en las categorías máximas, aunque el nivel era muy alto, muy pocos llegan a Primera. En España, uno de cada mil llega a Primera Aquí, estando en el club con la mejor cantera, creo que es más fácil que lleguen. En las generaciones actuales, creo que un 20-25% pueden llegar a Primera, pero en LDA, un poco menos por ser un equipo referente. La idea es que cada vez haya más jugadores que salgan del CAR, sobre todo a la Liga, así como exportar a Europa, lo cual es importante para el club.
¿Cuál es el problema más común que enfrenta un futbolista que le dificulta dar ese último salto a la Primera División y prosperar en el equipo que lo formó?
El paso más complicado es, sobre todo, la competencia. Hay muchos jugadores, cada categoría tiene buenos talentos, pero cuando llegan a Primera, hay que seleccionar al mejor en cada posición y no caben todos. Ese es el principal problema. La competencia y la suerte de tener esa oportunidad, que no todos tienen porque el DT no puede alinear a todos. Es crucial no tirar la toalla, creer en poder superar situaciones cuando a veces no es tu momento, y tener paciencia. Salir a préstamo, mejorar como jugador y luego volver, como por ejemplo Parkins. Saber tomar decisiones y aprovecharlas, la competencia es lo que más complica para que no todos puedan participar.
Más allá de si terminan jugando o no, ¿es fundamental que un club de fútbol tenga una estructura de liga menor robusta o hay otros modelos también funcionales?
Es muy importante tener una estructura robusta, porque los chicos desde pequeños necesitan competencia. Incluso en el día a día, tienen que estar con los mejores compañeros y contra los mejores rivales posibles. A veces, por más que los entrenemos, si no se sienten exigidos no van a dar el 100%, y por eso es importante tener una liga menor con una estructura potente.