Este sábado amanecimos con una dolorosa noticia: despedimos con profundo pesar a una verdadera leyenda del liguismo y del fútbol costarricense. Carlos Alvarado, nuestro querido “Aguilucho”, quien dejó un legado imborrable en la historia de Liga Deportiva Alajuelense.
Como portero, don Carlos fue excepcional y marcó una era. Entre 1944 y 1960, defendió nuestros colores con valentía, pasión y amor. Sus tapadas se destacan en los libros de historia como las más extraordinarias entre todos los guardametas.
No solo resalta por su desempeño en el campo, sino también por ser un gran ser humano y uno de los primeros legionarios costarricenses, llevando el nombre de LDA y de Costa Rica más allá de nuestras fronteras.
Hoy, la familia rojinegra se une en un abrazo solidario y envía sus condolencias a sus seres queridos. Gracias, don Carlos, por tantas alegrías y por ser un ejemplo de lo que significa ser un verdadero león.
Un legado que vivirá por siempre en nuestros corazones. Descansa en paz, “Aguilucho”.
Sus honras fúnebres serán este domingo 28 de julio a las 12 mediodía en la Catedral de Alajuela.