‘Gallo’ para algunos, Ricardo para otros, el preparador de porteros nuevo para los más pequeños y, para la institución, el histórico arquero como lo es Ricardo González, quien se volvió a poner los guantes de portero pero para guiar, formar y desarrollar a los jóvenes porteros del club. Unos 10 minutos bastaron para ver brillar sus ojos a la hora de repasar y desmenuzar parte de su pasado en la Liga, donde conquistó seis campeonatos nacionales y la histórica Copa de Campeones de la Concacaf del 2004, certamen que disputó de inicio a (casi) fin, al perderse el último partido luego de no enterarse que acumuló ¡doble amonestación! en el partido de ida.
¿Hace cuánto asumiste el puesto?
Ya van a ser 15 días de haber vuelto al club como preparador de portero de ligas menores. ¡Muy contento!
Y como jugador, ¿cuándo llegaste al club?
Llegué en 1988 a las ligas menores. Específicamente a la sub-17 y ahí fui subiendo hasta llegar a Reserva, lo que hoy se conoce como Alto Rendimiento. En 1992 Jan Postulka me subió a la Primera División. En aquel momento entrenábamos en la parte de atrás del estadio, debajo de la gradería norte. Había zacate pero como se usaba tanto, era prácticamente tierra, ja… Pero si, entrenábamos ahí. Mi primer entrenador fue Juan Diego Quesada.
En aquellas épocas el partido de la Reserva ¿era previo al partido de Primera División?
Sí, era muy motivamente. Jugábamos el preliminar de la Primera. Ya lamentablemente no se puede por reglamento y otras cosas, pero nosotros prácticamente los segundos tiempos los jugábamos a estadio lleno. Jugar la preliminar de un clásico, siempre el segundo tiempo era ya con el llenazo, entonces uno ya se iba relacionando con ese ambiente. Era el mismo calendario el de la Primera y el de la Reserva. Añoro que se volviera a jugar así, pero ya también en otras partes del mundo se juega diferente. Como por ejemplo en la Premier la Reserva juega al día siguiente del primer equipo.
¿Y el debut en Primera cuándo llegó?
Fue en 1994. Si bien estuve desde el 92 como tercer portero, hasta febrero del 94 fue cuando debuté. Fue casi por obligación en el estadio de Turrialba en un partido de temporada regular. El técnico era Enrique ‘Quique’ Vásquez y Alexis (Rojas) era quien estaba jugando. Íbamos ganando 1-2 y faltando 20 minutos cometió penal y lo expulsaron, así que me tocó entrar y… ¡atajar el penal! Ese fue mi debut: atajando un penal y victoria 1-4.
¿Con quiénes competías por el arco manudo?
José Alexis Rojas y Paul Mayorga. En aquel momento Álvaro Mesén estaba a préstamo en Carmelita entonces casi siempre me tocaba estar en banca. Superman y Mayorga tenían una rivalidad deportiva muy grande. Si uno jugaba, el otro se molestaba. Era una competencia muy intensa.
¿Y en qué momento ya te “adueñaste” del arco?
Fue un proceso… bastante bueno. Después del debut, podía seguir atajando por la expulsión de Rojas, pero no se pudo porque el lunes salíamos para los Juegos Centroamericanos en El Salvador con la Selección sub-20, entonces digamos que fue debut y despedida, ja. Así que tuve que esperar otro tiempo más… me prestaron a Sagrada Familia que acababa de ascender. Ahí tuve un torneo muy bueno pero, lamentablemente, sufrí un accidente… una quemadura, y estuve ocho meses fuera de las canchas. Luego volví y me prestaron a Carmelita en la temporada 95-96. Regresé a la Liga en la temporada 96-97 hasta que me fui en 2006.
¿Cuántos títulos ganaste con LDA?
Gané seis campeonatos nacionales y una Concacaf. Estuve en el tetracampeonato Farinha, Pinto, además de aquel torneo ganado del 92 con Postulka.
Cuando volvés a ver atrás ¿cuál es el momento que más te emociona?
La final del 96-97: fue un torneo complicado y Manuel Keosseian me dijo que no me iba a necesitar, que si quería, me podía ir a préstamo. Yo le dije que me sentía bien, que quería competir con Alexis Rojas y Mesén. Él me dijo que me podía quedar pero que no iba a jugar. Dicho y hecho: casi que no jugué pero hubo una oportunidad al final de las cuatro vueltas. Faltando cuatro partidos se nos escapa el liderato con Herediano. Y una de dos: el DT había renunciado al liderato o me estaba dando la oportunidad para ver qué pasaba en el cierre de ese campeonato… Ganamos los cuatro partidos y retomamos el primer lugar. Ya venía la hexagonal en ese momento y el profe me quitó y volvió a poner a Alexis. Me dejó afuera porque me dijo que esos partidos de la hexagonal eran complicados y yo era muy joven.
Jugamos la hexagonal y perdimos el último partido. Se armó un pleito grande y Alexis ¡le metió una patada al árbitro y le metieron 10 partidos! Mesén le gritó al árbitro unas cosas en el camerino y le metieron 4 partidos. Debíamos jugar una final con Saprissa luego de nosotros ganamos las cuatro vueltas y Saprissa la hexagonal… ¡En banca estaba un muchachito! Un portero de liga menor en banca porque estaban expulsados Alexis y Álvaro. Así que me tocó jugar aquella final y ganamos. Ese fue el momento clave de mi carrera y a partir de ahí me “adueñé” del arco de cierta forma.
¿Cuál compañero te sorprendía más cuando lo veías jugar en los entrenamientos y partidos?
A mí los que más me sorprendieron fueron… Wilmer, de los mejores jugadores que vi en su totalidad y, el otro, fue Pablo Izaguirre. En el tiempo de nosotros para mí era lo más cercano a Maradona que era quien era el referente de campo en nuestra época, ja. Tal vez no siempre era titular pero uno sabía que estaba ahí y que cuando entraba, cambiaba el partido. Cuando se nos complicaba, uno sabía que faltando 20 minutos la afición lo pedía, entraba y te cambiaba el partido. Creo que fueron de los jugadores que más me sorprendieron, pero a lo largo del tiempo también tuve compañeros de mucha jerarquía como Luis Marín, que somos de misma generación, compartimos en ligas menores y lo respeto mucho además de la gran amistad que tenemos.
De la histórica Concacaf de 2004, ¿qué recordás?
Para mí esa Concacaf fue muy especial. Tuve la oportunidad de jugarla prácticamente toda pero no pude jugar el último partido y me duele en el alma: tenía doble amarilla y no me avisaron el partido anterior. Yo jugué la ida en Heredia y no sabía que tenía una amarilla… como íbamos 1-1 y era un buen marcador, demoré más de lo necesario en una salida y me amonestaron. Al día siguiente me dijeron que me perdía la final de vuelta…. De igual forma, fue una competencia genial, eliminando a San José Earthquakes, Monterrey y goleando al archirrival para coronarnos campeonas. Lamentablemente ese año suspendieron la final de clubes. De hecho meses después jugamos con Once Caldas, campeón de Libertadores en Alajuela y les ganamos 1-0.
Ahora que volvés al club ¿con qué persona se encuentra la Liga, y con qué club se encuentra Ricardo González?
La Liga se encuentra con un Ricardo González que ya superó por muchísimo su etapa de futbolista. Me encuentra con mucha tranquilidad de haber logrado cosas importantes como futbolista que me dejaron 100% satisfecho, entonces me topa en un momento muy bueno, muy maduro. Y me encuentro con un club muy diferente al de 1988, con una proyección muy diferente, muy positiva. Que lamentablemente la cuestión de los títulos de Primera División está en deuda, pero uno sabe que si trabaja así, van a llegar las buenas cosas. El que trabaja bien siempre va a recibir recompensa. A mí me pasó como portero: si uno tenía muy buenos 90 minutos pero… fallaba al final, te convertís en el villano. Quiero decir: la gente valora mucho el resultado final y creo que también es bueno valorar otras cosas. Sé que al final de cuentas esto va a dar sus réditos porque la vida no es tan caprichosa para que uno solo obtenga cosas malas si está haciendo bien las cosas.
¿Qué se le dice a los porteros del club que están en formación?
Uno de mis primeros discursos fue que yo quería que aquí estuvieran arqueros que la institución se merece. Yo viví esa experiencia desde muy jovencito: nos exigían ser porteros que el club se merece. Por ejemplo Mesén y yo teníamos la gran responsabilidad de reemplazar a un Alejandro González, lo mismo para Alejandro en su momento. Entonces desde un principio nos inculcaron de sustituir porteros icónicos. Lo mismo con Patrick Pemberton para sustituirnos a nosotros y lo hizo muy bien. Las primeras palabras fueron eso: que aquí tienen que haber porteros en liga menor que tengan la responsabilidad y el compromiso de sustituir a los arqueros de Primera… a porteros de gran trayectoria. Ser portero de la liga también significa tener temple, personalidad y muchas cosas que andamos buscando.